Tras aquel día, Castiel decidió ir algunos días más a ver a Crowley. Con inocentes intenciones, y poniendo la escusa a Dean de que quería ver, solo, el mundo en verano. Las flores que solo se ven en esta época. O los animales que despiertan ahora. Mas, no le dijo que no lo haría solo completamente. Y que antes de ello. Haria unas cosas más, pero sabia que si pronunciaba el nombre contrario, se armaría una buena. Por lo que fue inteligente de callárselo.
El ambiente era demasiado cálido como para estar un día de paseo, por lo que Castiel tuvo que resignarse y aceptar el plan de Crowley, un nuevo día en la piscina. Pero esta vez seria algo distinto. Castiel se planto allí, como siempre. Con su vieja gabardina. Conjuntada por debajo con un traje y una corbata azul.
- Castiel... -Crowley, por el contrario a lo que normalmente era él, no lucia más que un bañador con un peculiar estampado de tridentes. Y se notaba el tiempo en el gimnasio, que había estado.- Veras, un día de piscina. Significa no pasar calor. Y, de por si, me das calor con esas pintas. Por favor.
- No entiendo que tiene de malo mis... ''Pintas'' -Castiel hizo el gesto de las comillas con los dedos, de forma algo exagerada.- Estoy vestido como siempre... pero tu... -No puede evitar reírse. Pues solo lo vio así, cuando estaba dentro de la piscina.-
- ¿Qué? ¡Asi! Así se va uno a la piscina. -Se acerco lentamente a Castiel, hasta estar justo delante suyo. Y cogerse el mentón.- Uhm. Bien. -Comienza quitándole la gabardina y dejándola a un lado. Luego la chaqueta. La corbata. La camisa. Y los pantalones, dejándole en ropa interior.- Mucho mejor.
- P-Pero... ¡Que haces! -Al ser desvestido por el demonio, Castiel se puso totalmente rojo.-
- Ponerte como deberías haber venido. -Contesto Crowley.- Bueno, con la ropa interior vale.
- P-Pero... ¡Me has desnudado! -Exclama Castiel, aun avergonzado por lo que acababa de suceder.-
- ¿Tu primera vez? Me alegro de haberlo hecho yo. -Comenta divertido Crowley, acercándose ahora a la piscina.- Te dije que te enseñaría a nadar. Vamos.
- Crowley... -Castiel no podía estar más rojo, bajaba la cabeza completamente avergonzado de las palabras del demonio.-
- Oh.. -Coge la mano del ángel, pues este estaba comletamente parado, y así no llegarían a nada. Lo medio tira hacia la piscina. Castiel parecía resistirse.-
- E-Espera... por favor.. Crow. -Abrevio su nombre, estaba algo temeroso de que ocurriera lo de la ultima vez y se hundiera en el agua.-
- No tengas miedo. Mira. -Chasqueo los dedos. Y en la cintura de Castiel apareció uno de esos flotadores con formas de animales, en este caso, de gato.- ¿Mejor? Con esto no te hundiras.
- ¿Que es esto? -Castiel miro confundido aquello que tenia en la cintura. Pero, por alguna razón, le daba mas confianza. Tal vez por lo que le decía el demonio.-
- Es un flotado. ¿Confias en mi? Pues entonces. Metete conmigo al agua. -No había soltado su mano en ningún momento. Esperaba que así, tuviera mas confianza.-
Castiel asintió. Resignandose finalmente. Y acercándose junto a el demonio, poniéndose a su lado. Mirándole y apretando su mano. Después miraba el agua con cierta desconfianza.
- No pasara nada. Confía en mi. A la de una... -Hizo la cuenta atrás, antes de saltar junto a él a la piscina. Y al llegar al tres, ambos saltaron. Metiéndose en el agua. Y Crowley salio a la superficie por si mismo. Mientras Castiel tuvo un pequeño percance. Y el flotador hizo que quedara boca abajo, con el trasero fuera y la cabeza dentro del agua, aun.- ¡Castiel! -Enseguida lo puso derecho.- ¿E-Estas bien? -Castiel tosió un poco antes de poder hablar, pues había tragado algo de agua.-
- Si... -Dijo tosiendo.- No me gusta el agua... -Ahora frotaba con aquel flotador. Pero en realidad no quería llevarlo.- El flotador me molesta...
- Eres como un gato. -Dijo divertido.- Pero sin el te hundes.
- Pero... -Le puso los ojitos de cordero que tanto habían hecho efecto otras veces.-
- Esta bien.. -Chasqueo los dedos y lo hizo desaparecer. Al poco Castiel se estaba hundiendo. Y Crowley se vio obligado, bueno no tanto, a agarrarlo y pegarlo ha él.- ¿Ves?
- ... -Castiel se abrazo a Crowley, estaba mucho mejor con él, que con el flotador.- Enseñame...
Crowley enseño a Castiel a nadar.. o bueno, a por lo menos no hundirse cual piedra. Cogiendo sus manos, y enseñándole el movimiento que debía hacer con los brazos. Pegándose a su espalda, y enseñándole a mover las piernas para no hundirse en el agua. Y así pasaron el día. Y, la verdad, Castiel no pareció decepcionado por no haber podido ir de paseo... con el demonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario