- Después de esta muestra de arrogancia, creo que puedes volver a tu... lo que sea que hagas, chaval. -Se mostraba completa mente desinteresado de aquel chaval. Puesto que después de todo solo era un humano adolescente mas.
- Espere -Se apresuro a decir Axel- Aun tengo algo mas que decir -Crowley se detuvo en ese mismo instante, ya se había dado la vuelta y se disponía a desaparecer de la vista del chico- Sobre ese olor a azufre, dudo mucho que se trate usted de un químico que ha estado manipulando esa sustancia recientemente, y tal vez peque de Don Quijote absorbido por las historias de los libros, pero empiezo a dudar que sea usted un humano.
- Uhm... -Crowley alzo la cabeza y con tan solo un ojo miro al joven con una sonrisa más que divertida- Pues creo que lees demasiados libros, chaval.

- No creo que sea por los libros. Siempre me han atraído ese tipo de temas y ese aroma... es un tanto... ¿Infernal? Nadie va por la calle oliendo de esa manera -Siguió defendiendo su teoría, aun sabiendo que el otro lo negaría.
- Sabes... -Comienzo Crowley con tono solemne, volviendo a quitar sus ojos del chaval- ... ese dicho de ''Quien juega con fuego se acaba quemando'', pues ten cuidado... por que estas ya de camino a la UCI. -Afilo la mirada.
- Si, lo he oído y tambien ese que dice ''Quien no arriesga, no gana'' -Se atrevio a replicarle, aunque internamente temia lo que aquel hombre pudiera hacer, ahora que su cabeza le decia que no era un hombre normal y que tal vez seria peligroso.
- ¿Tienes respuestas para todo, verdad? -Crowley se volvió por completo hacia Axel- Hay cosas que, por tu bien, deberías ignorar y dejar pasar -Aunque no pretendía que sonara como tal, pareció mas una amenaza que una advertencia.
Aquel molesto encuentro entre dos ''personas'' una fría mañana, en un mal barrio de Los Ángeles. Había dado lugar a una conversión, en la que ambos empezaban a sentir una curiosidad mutua por el contrario. Mientras el sol se alzo lo suficiente como para poder reflejar unas largas sombras a los pies de ambos individuos. Mientras la calles se iban llenando y el ruido, de una ciudad que despertaba y se ponía en funcionamiento, los iba envolviendo a medida que el tiempo transcurría a su alrededor. Aunque para ellos, que tenían la mirada fija en el contrario, no se daban cuenta de ello. Se examinaban mutuamente como intentando prever los pensamientos contrarios . Predecirlos y contra restarlos. Pero aun por todo el ruido que ahora los envolvía, para ellos era como un eco sordo y lejano, intentando escuchar los pensamientos del otro. Pero ese silencio entre ambos fue roto por la melódica voz de Crowley.
- Aléjate de la oscuridad, Axel, como consejo. Estas mejor lejos de esas cosas -Su rostro no dejo de ser serio.
- Siempre he vivido en ella. Soy mi propia oscuridad. Y de mi mismo no puedo escapar -Contesto Axel de inmediato, una vez que Crowley había acabado la frase.
- Aun no has conocido la verdadera oscuridad. Te lo aseguro, no eres tu propia oscuridad... aun no sabes usar ese termino -él mismo sabia de lo que hablaba, el era la oscuridad de los hombres. Su alma, literalmente, era del rojo de la sangre que había derramado- Vete...
- No pienso irme sin m... -Alguien empujo y este se giro gruñiendo enfadado, odiaba el contacto físico con otras personas y mas de esa vulgar y brusca manera. Cuando se quiso volver y acabar la frase empezada, Crowley ya había desaparecido.
Las palabras de Crowley habían calado en Axel. El cual, al verse de nuevo solo, en vez de volver o mas bien ir a donde debería estar ya, osea en clase. Volvió corriendo a su apartamento. Corriendo, algo que pocas veces hacia. Al llegar a el edificio donde vivía fue saludado por la dulce portera, pero Axel lo ignoro, tenia prisa en llegar a su apartamento. Al llegar le costo incluso meter la llave en la ranura para abrir la puerta. Parecía estar algo nervioso tras el encuentro con Crowley. Dejo los libros tirados en el suelo y se planto frente a la estantería, a la cual le faltaba espacio para almacenar todos los libros que este tenia en su apartamento. Cogio un montón de libros, de distinto tamaño pero todos trataban del mismo tema. ''Criaturas sobrenaturales''. Algunos eran relatos ficticios y otros eran enciclopedias de gente a la que tacharon de particularmente fantasiosa. Dejo ese montón de libros en el escritorio, no antes de tirar todo papel que tenia por encima al suelo. Aunque el se organizaba bien cuando se trataba de papeles y documentos, pareció que le había poseído un espíritu de énfasis y entusiasmo impropio de él. Saco su portátil de la mochila y mientras este se encendía, Axel revisaba uno a uno cada libro escogido. Buscando la palabra clave. Busco en internet cosas sobre criaturas que se creen imaginarias, animales mitológicos y otros seres que, para una mente científica y razonable, son completamente imposibles. Encontró lo que buscaba en un libro que cogió de una biblioteca y nunca devolvió.
- ''Demonios'' -Leyó en voz alta y comienzo a leer ese capitulo de aquel libro que ni se molesto en mirar como se titulaba.
Leyó y releyó aquello. Busco mas y mas información sobre esos infernales seres y encontró la palabra clave: ''Azufre''. Pero no le basto con eso. Paso días investigando sobre aquellos seres que, salvo en los libros satánicos, ponían de la mayor escoria de la existencia. Él personal mente no creía en un Dios. No creía en un bien todo poderoso. Sin embargo si creía en el Mal, en la oscuridad. En el Infierno y en el mismo Diablo. En su vida solo había conocido el mal y sufrimiento, y el Infierno parecía el lugar de donde nacía todo eso. Era normal que solo creyese en aquello, no habiendo vivido nada más que eso. Tres días pasaron y tanto durante su tiempo libre como durante las clases, seguía leyendo y releyendo cada dato e información que tenia sobre ellos, sobre los Demonios, con cada vez mayor interés. Hasta que encontró algo que despertó su inquietud aun más.
- ¡Se les puede invocar! -Grito al conseguir aquellos datos, sin darse cuenta que estaba en mitad de la clase, y desde la ultima fila, su voz resonó por todo él aula. Y todos, alumnos y el mismo profesor se quedaron mirándole. Era la primera vez que hablaba durante una clase, muchos incluso llegaron a pensar que Axel era completa mente mudo.
Y aunque aquello en otro momento le hubiese importado, recogió sus cosas y salio del aula a toda prisa, de vuelta nuevamente a su apartamento. Había al fin encontrado algo que realmente despertaba su interés.
Me ha encantado mas que la primera parte *-* Me encanta el listillo de Axel. Como no lo continues te mato Alex
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