Delante del escritorio. Hundido completamente. La ventana permitía entrar algunos de los últimos rayos de sol del día. ''Un día sin él'' Pensé. Un anaranjado rayo de sol dejaba ver una pequeña libreta de colores oscuros que descansaba en el escritorio. Junto a una pluma de funda plateada. ¿Qué había en ella? Por el momento tan solo unos garabatos que había echo en mis ratos de aburrimiento. Pero ese no era el objetivo de esa libreta. No es un diario, intentaba convencerme a mi mismo con ello. Pero a quien quiero engañar. Necesitaba reflexionar y eso, escribir todo lo que pienso, me pareció la única manera... Efectiva de hacerlo. Pero por el momento no había nada. Por mi cabeza pasaban tantas cosas que no era capaz de expresarlas todas ellas. ¿Por donde empezar? Una vez supiera como empezar, supongo que todo lo demás seria fácil. Cogí la pluma, abrí la libreta y...
''Queri... '' -Lo tache.
''Hoy...'' -Lo tache.
Suspire varias veces, y jugaba con la pluma, marcando un ritmo dando con el culo de esta en la mesa de madera. Y de nuevo pose la punta de la pluma en el papel, y este se mancho de su tinta haciendo una pequeño charco de tinta. Pero al fin comencé a escribir.
''No se si esto que estoy haciendo servirá de algo, o simplemente me hará perder tiempo. No lo se realmente. No quiero hacer de esto un diaria. Ya tengo mi edad para algo así. Pero tampoco puedo quedarme mirando el papel en blanco durante todo el día. Tengo tantas cosas en la cabeza que debería dejar plasmado en algún lugar y así pensar bien sobre ellas. Pero tengo que elegir algo con lo que empezar. Y bueno, al fin lo decidí. Y aunque sea comenzar de forma tan común. No se me ocurre como hacerlo de otra forma.
Mi nombre es Crowley, aunque la gran mayoría me conocerán por Fergus. He hecho muchas cosas durante mis siglos de vida. Lo que no quiere decir que hayan sido buenas. En realidad no creo que ninguna de ellas se pueda considerar buena. Mi trabajo es provocar dolor. Y durante siglos es lo que he hecho, y he disfrutado con ello. Pero en este presente. En este día... o mejor dicho y escrito. En estos días. Eso ha pasado a segundo plano. Porque... Em... Lo escribiré de otra forma.
Había un demonio, un demonio que como todos los demás todo su ser es odio y rencor. Su oscura alma no dejaba rincón para nada que no fuera ira. Pero esto no siempre fue así. No. Como muchos demonios, este fue humano. Pero tampoco hay que creer que en esa otra vida hubiera sido mejor. En su infancia había sufrido. Fue un niño infeliz, soportando golpes de su padre. Y la temprana muerte de su madre. Pero por muy mala que fuera esa situación, conseguía sonreír. Una sonrisa que oculta como su alma, que en principio era pura como la de cualquier niño, se ennegrecía. Y tras toda esa oscuridad que fue acumulando ese pequeño, estallo una pequeña luz. La luz de la sonrisa de una niña y el afecto de un pequeño nuevo burgués. ¿Amistad? Así la llamaban. Pero ... nada dura para siempre. Un día esas luces se apagaron, desaparecieron. Y comenzó la creación de un adulto, cuyo corazón ya no aceptaba sentimiento. Y que por ello. Ahora es un demonio sin ellos. Cuatro siglos de soledad y odio. Hasta que algo se cruzo en su camino. Un ser que era contrario a él, pero parecido en muchos aspectos. No podía ser aquello. Pues el cielo y el infierno nunca se deben juntar. Aun por esas. Y de nuevo una luz dispersaba la amargura que durante siglos había vivido en el demonio. Un luz que le llenaba de calor y que, desde hacia vidas, le hacia sonreír con sinceridad. ¿Muestras de felicidad? -No me merezco tal cosa-. Se repetía constantemente.- Odio y Rencor, eso es lo que soy-. Siempre se decía. -Pero junto a él. Él me hace ser mejor, me hace sonreír solo con mirarle. ¿Qué es esto que siento? ... Amor...- Como podía ser. Seres de odio y oscuridad que sienten Amor.- Un ángel y un demonio, es posible que...- Ángel y Demonio. ¿Cómo iba ha funcionar tal cosa?.
Castiel. Te quiero -Y lo tache- Castiel, te amo. Y.. me expresare como si supiera que esto lo vas a leer en un futuro.
Castiel, lo siento. Siento todo el daño que te he hecho, porque tu no te mereces eso. Mis palabras solo son palabras, nunca se me dio demasiado bien expresar esta clase de cosas. Nunca que he dejado de querer, nunca deje de amarte. Pero... aunque no lo creas, esto... esto es lo mejor. Para ti, y para mi. Aunque se que duele. Lo se. Y espero... deseo que ahora mismo no me odies. Porque tras perderte a ti. No me queda nada. Pero... cuando todo acabe. Cuando las voces dejen de sonar. Cuando el puñal deje de apuñalar. Cuando al fin consiga llegar a la tranquilidad que busco. Cuando sepa que no te hare sufrir mas. Cuando eso ocurra. Solo espero que sepas perdonarme. Porque lo eres todo, para mi. Y tal vez este siendo demasiado egoísta. Soy consciente de ello. Pero también se que no puedo vivir, sabiendo que mi mayor estupidez fue dejarte marchar.
Porque si. Un ángel y un demonio es posible''
Cerré aquello de golpe, dejando la pluma junto a la libreta. Levantándome de golpe y acercándome al aparador. Cogiendo un vaso y una botella de whisky.
- Solo me quedáis vosotros -Dije en voz baja acariciando la cabeza de uno de mis perros. Que notaban como su amo no era el de siempre.
otp.
ResponderEliminar