Dean conducía sin prisa alguna, aun se preguntaba como era posible que hubiese aceptado tal proposición del demonio. Le había otorgado toda la culpa al exceso de alcohol que la noche anterior llevaba. Pero aun por las cantidades de alcohol ingerido la noche anterior. A esas horas de la mañana, Dean estaba como un rosa. Ni dolor de cabeza, ni la resaca propia. Nada. Así que acepto aquello con uso completo de sus facultades mentales. ¿Qué le habría hecho aceptar la compañía del demonio?
Crowley llevaba ya largo rato esperando la aparición de Dean. Al contrario que Dean, Crowley llego puntual. Dado que él era el que tenia los datos y la información sobre el caso que supuestamente iban a hacer juntos. Cuando al fin el Impala apareció ante los ojos de Crowley, este estaba sentado en unos escalones y resoplaba pesadamente y aburrido. Pero cuando vio el Impala conducido por Dean, se levanto de donde estaba sentado y irguió la cabeza con el orgullo típico que emanaba este demonio. Abrió la puerta del Impala y se sentó junto a Dean. Molesto por la tardanza. Una vez dentro volvió a bufar y le miro de reojo.
- Llegas tarde -Dijo Crowley molesto, llevaba allí casi una hora- Parecía un maldito vagabundo, ahí tirado esperándote.
- Tranquila Reina, estaba preparando el equipaje -Le respondió Dean, burlándose de él mientras ponía de nuevo en marcha el motor del Impala. Había cogido algunas armas básicas a la hora de cazar.
- Perdone Usted, Rapunzel, ¿Pero los hombres de Letras no os enseñaron que existen los relojes? -Le respondió con la misma burla, pero con ese toque tan particular de Crowley.
- Crowley cierra la maldita boca, ni siquiera se porque he aceptado hacer esto contigo, así que durante lo que queda de viaje mantén tu boca cerrada -Le contesto borde y arto de su habladuría.
- Bien, Bien, como quieras -Desvió la mirada hacia la ventanilla del coche, y se mantuvo callado. Durante unos largos minutos solo se escucho el Rock de los 60 que salía de la radio del propio coche. Hasta que Dean decidió romper ese silencio entre ambos.
- Esto... Crowley... -Bajo la música pero sin siquiera desviar su vista de la carretera. Aunque Crowley si le miro a él- ...¿Donde decías que teníamos que ir?
- Oh... Así que ahora quieres que hable -Crowley sonrió de forma triunfante- Podría habernos echo aparecer allí y ahorrarnos este viaje en esta carraca.
- No me gustan esos truquitos demoniacos vuestros, prefiero mi nena. Ahora ¿Dónde tenemos que ir? -Dean frunció el ceño, cada vez sus ganas de tirar a Crowley en marcha aumentaban.
- No esta lejos de aquí. Es un pueblo del Estado. A la derecha en el próximo cruce de caminos y simplemente sigue las señales ¿Sabrás hacer eso, verdad? -Volvió la sonrisa burlona y sarcástica que parecía iluminar siempre el rostro de Crowley cuando trataba con Dean.
Dean odiaba seguir las ordenes de alguien como él, y aunque aquello no eran ordenes si no meras indicaciones para llegar al destino indicado, lo odiaba. Preferiría tener a su lado a su hermano menos, pero este aun seguía en Nevada. No había sabido nada de él desde antes de acostarse, cuando Dean tuvo que llamarlo para confirmar que aun estaba vivo.
- ¿Tardaremos mucho en llegar? -Comento Dean medio gruñendo, ya llevaban un rato los dos metidos en el coche, solos. Eso le ponía de los nervios porque el demonio no hacia mas que soltar ofensivos comentarios y odiosos sarcasmos.
- Si, aun queda. -Fue lo único que dijo mientras curioseaba las cosas del Impala, comprobaba que todas las cintas que había allí eran de antiguo Rock.
- Estate quiero ¿Quieres? Pareces un niño. -Crowley le dedico una irónica sonrisa a Dean por aquel comentaría, aunque estaba en lo cierto.
- No se como consigue andar dos kilómetros esta carraca -Comento Crowley, sin saber que aquel comentario enfurecería a Dean, quien tuvo que morder su propia lengua para callar otro comentario que solo daría mas cuerda al demonio.
- Esta ''Carraca'' como tu la llamas a viajado por casi todas las carreteras de América, así que tenle un poco de respeto. -Salto Dean al escuchar aquello de ''Carraca'' de nuevo. Cambio el caset que había puesto ya en la radio del coche.
- Ya, Ya... -Crowley no atendió las palabras de Dean- ¿No tienes mejor música? Que es esto... tenéis una música exclusiva de los cazadores. -Se burlo, cansado él también de durante todo el camino el mismo tipo de música.
- Mi coche, Mi música -Aumento el volumen con la única intención de molestar a Crowley y dejar de oír sus quejas. A lo que Crowley se tapo uno de los oídos con gesto de desagrado.
Ciertamente ahora debían ser un equipo, están juntos en esto. Crowley tenia la espada y Dean la marca de Caín. Juntos, la espada y la marca, matarían al ultimo de los caballeros de Lucifer. Y ese es el objetivo principal y el motivo inicial por lo que estos dos están ahora juntos en la carretera. Pero... ¿Confían el uno en el otro? Esa pregunta es ahora la incógnita principal. Pero la respuesta es fácil. No.
Llegaron a aquel pueblo horas mas tarde.
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