lunes, 5 de mayo de 2014

La Resurreción del Fenix Oscuro.

Como ave Fénix oscuro que renace de sus cenizas. Como la mala hierva, que nunca muere. Vuelvo a los escenarios. Vuelvo porque mi publico me reclama. Y yo reclamo la muerte de Sherlock Holmes. Pero antes, puedo narrar mi ''resurrección'' aunque nunca morí. Todo el mundo conocerá el precioso salto del Ángel que Sherlock hizo desde la azotea. ¿Hermoso verdad? Lastima que no fuera exactamente de verdad. Pero eso me da a mi la oportunidad de matarlo yo mismo. Corre por ahí el rumor de que me volé la sien... Tsk Tsk... inocentes. ¿Morirá yo antes de ver bajo tierra a Sherlock?. Nunca.

Era un glorioso día, el día en que Sherlock Holmes iba a morir. O ese era el plan. Bueno, en cualquier caso siempre me guardo un Plan B, por si el A falla. Cosa que no me había pasado hasta ahora... Volviendo al tema. Subí a la azotea sin saber que mi Plan A iba a fallar, pero siempre llevando al B encima. Estaba confiado de lo que iba ha hacer. Todo estaba listo ''Comienza el juego'' y ahí llegaría el ''Game over'' de Sherlock. Todo el resto lo conoceréis. Y todo es correcto , salvo por el echo de que... Ha ha ha, no estoy muerto. ¿Queréis saber como es que sigo vivo? Un mago no desvela sus trucos. Suerte que este mago es algo excéntrico. Analicémoslo como si fuéramos Holmes. Empezando por la pistola, seria completamente normal que hubiese muerto en ese instante con esa pistola. Si hubiese sido autentica, claro. Conocéis ese juego Americano... ¿El pingball? Solo hice que redujeran el formato, que para que se pareciera a una pistola de gran calibre y que rellenaran una de esas pelotitas con sangre falsa, cuando apreté el gatillo... ¿Debería explicar como sonó a un tiro a quemarropa? Bueno eso es mas sencillo, un simple, para que me entendáis, botón detrás del gatillo. A la vez que apreté el gatillo ese sonido salió como si de un tiro se tratare. Y fingir que había muerto, Sherlock estaba muy ocupado hablando con su novio. Solo un pequeño charco de sangre falsa, por supuesto. Al rededor de mi cabeza. ¿Y para evitar parpadear? Unas lentillas especiales, tengo recursos. Y, fui paciente.

¿Cómo escape de ahí?. Cuando todo acabo. Cuando al fin estaba solo en la azotea. Cogí el móvil y llame a mi hombre de confianza. Sebastián Moran. Y el se ocupo de sacarme de ahí. Ya habíamos planeado de pasaría si ese incordio de Shelock Holmes no actuaba según lo previsto. Y tres años espere pacientemente. Elaborando planes maestros.

Y bueno, solo me queda decir... ¿Me echabais de menos?

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